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Diario de viaje por lo mejor de San Francisco

Durante nuestro primer roadtrip por el Oeste de Estados Unidos no podía faltar visitar San Francisco, una ciudad con historia y en la que las ideas progresistas y la innovación siempre han encontrado su lugar. A mediados del s.XIX, tuvo un gran crecimiento debido a la fiebre del oro, buscadores de todos los rincones del país se dirigieron a lo que era un pequeño pueblo costero transformándolo en una ciudad. Salones, teatros, tabernas y miles de personas tratando de buscarse la vida llenaron sus calles. Posteriormente, en 1906, fue devastada por un terremoto y un incendio, pero fue rápidamente reconstruida. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió de puerto de embarque para los militares que se dirigían a la Guerra del Pacífico y el trabajo en los astilleros propició un nuevo crecimiento económico. Al terminar la guerra, se desarrolló el perfecto caldo de cultivo para las actitudes liberales, que posteriormente llevarían al ‘Verano del Amor’ de los sesenta y que se extenderían hasta los setenta con la lucha por los derechos de los homosexuales. En los ochenta, sufrió gravemente los efectos del Sida, pero luego se convertiría en un ejemplo en la prevención y el tratamiento de la enfermedad. En los noventa, el desarrollo de Internet y las empresas relacionadas se convirtieron en un nuevo motor de su economía, llegando hasta nuestros días.

Abro un paréntesis para reflexionar sobre lo siguiente: San Francisco es la segunda ciudad con mejor calidad de vida del país, pero, sin embargo, antes de llegar al hotel, lo primero que nos sorprendió fue la gran cantidad de indigentes que vimos al pasar con el coche por una calle, nunca habíamos visto nada igual. Una calle en la que la acera estaba totalmente ocupada por personas en muy mala situación. Nos quedamos con una imagen realmente impactante, no parecía real, más bien una escena terrible de alguna película de ficciónCuando en el hotel nos ofrecieron un mapa y nos dieron indicaciones nos dijeron que evitáramos esa calle (Eddy Street) y lo cierto es que en el resto de la ciudad no vimos nada igual, era como si estuvieran todos concentrados en el mismo área. Dicho esto, comienzo con nuestra visita.

Día 14 de la ruta. Tarde del sábado

Veníamos desde Yosemite, así que accedimos a la ciudad por el Puente de la Bahía de San Francisco – Oakland (peaje 5$), por el que había bastante tráfico, pero es una gran puerta de entrada a la ciudad. Buscamos nuestro hotel, dejamos el coche allí (el cuál no utilizamos durante los dos días y medio que pasamos en la ciudad), era sábado por la tarde y aún teníamos tiempo para investigar.

Nos dirigimos hacia Union Square, la cual puede considerarse como el centro de la ciudad, una zona comercial bastante animada. Desde aquí es fácil ver la entrada a Chinatown, por Grant Street, es como una ciudad dentro de otra. Es el barrio chino más antiguo de América del Norte y la comunidad china más grande fuera de Asia.

Calle de Chinatown

Al norte se encuentra Little Italy, un barrio lleno de restaurantes italianos, en el que hay bastantes buenas opciones para cenar. Atravesamos esta zona y llegamos al Pier 39, un centro comercial en el muelle y uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, primero porque es el típico muelle americano de película…

Pier 39

Y segundo, y mejor, por la gran colonia de leones marinos que habitan en el muelle.

Leones marinos en Pier 39

Día 15 de la ruta. Domingo

Al día siguiente, que coincidió con el tercer domingo de Mayo, pudimos ver la carrera Bay to Breakersque se lleva celebrando anualmente desde 1912, y que como su nombre indica va desde el área de la bahía hasta la rompiente del Pacífico, y en la que lo más llamativo es que mucha gente va disfrazada e incluso desnuda.

Multitud de participantes de Bay to Breakers

Pasamos el resto de la mañana en el barrio de Haight-Ashbury, que desde finales de los cincuenta es el más bohemio de la ciudad. Lo más llamativo son sus casas victorianas y fachadas coloridas, conocidas como ‘Painted Ladies’. Este barrio está lleno de rincones con encanto, de tiendas y bares con identidad propia.

Fachadas victorianas

Por la tarde volvimos a la zona del embarcadero, donde visitamos el Musée Mécanique, una colección privada de máquinas musicales y recreativas antiguas, la entrada es gratuita.

¿Quién habrá ganado este pulso?

Y a última hora fuimos hasta el muelle de salida para visitar Alcatraz. La cárcel de Alcatraz fue una prisión de máxima seguridad que funcionó de 1934 a 1963 y a la que se mandaba a los presos más peligrosos o conflictivos, el más conocido fue Al Capone. Las entradas para visitar ‘La Roca’ hay que comprarlas con varias semanas  de antelación, especialmente para el tour nocturno, el más demandado. Nosotros ya las llevábamos compradas desde España. En www.alcatrazcruises.com tienes toda la información sobre entradas, horarios y precios, hay otras páginas, pero te recomendamos ésta ya que es la oficial.

Acercándonos a la Isla de Alcatraz

Es una experiencia de lo más recomendable, fue una de nuestras visitas favoritas del viaje. En el tour nocturno hay algunas partes en las que hay guías que dan explicaciones y el resto se va visitando con audio-guía, ésta se va activando según vas avanzando por las instalaciones y la ambientación está muy bien conseguida.

Cristal por el que se comunicaban los presos con las visitas

Te recomendamos que, antes de visitar la isla, hayas visto la película ‘Fuga de Alcatraz’, protagonizada por Clint Eastwood, en la que se cuenta la historia de Frank Morris y los hermanos Anglin y su pericia para escapar de la prisión.

¿Un preso durmiendo? No, una de las muchas claves de la fuga

Lo mejor de hacer el tour nocturno es que sales a última hora del día, lo que te ofrece unas preciosas vistas de la ciudad desde el mar, ves el atardecer en la isla con el puente Golden Gate de fondo y regresas ya de noche con la vista de la ciudad encendida.

Atardecer desde Alcatraz

Día 16 de la ruta. Lunes

Este día lo empezamos haciendo una de las cosas más típicas e icónicas de San Francisco: montar en tranvía. Hay tres líneas, nosotros optamos por la de California Street por pura conveniencia, ya que la teníamos a un par de cuadras del alojamiento, es una calle muy larga y empinada, montamos en sentido de bajada para acercarnos al centro. El viaje es bastante caro, 6$ por persona, pero es una actividad que no puedes dejar de hacer.

A bordo del tranvía

Tras esta experiencia, fuimos a alquilar unas bicis con la idea de cruzar el puente Golden Gate. 

El puente mide casi tres kilómetros de largo, al otro lado conecta con Sausalito, en el condado de Marin. Si lo llegas a cruzar, lo ideal es regresar en barco, hay empresas que realizan este servicio. Nosotros no llegamos hasta el otro lado, queda pendiente para otra ocasión, fuimos hasta aproximadamente la mitad y regresamos, porque preferíamos dedicarle más tiempo a movernos por la ciudad y visitar también el parque Golden Gate con las bicis.

Al final acabamos pedaleando unas 7 horas, bueno… y caminando alguna que otra empinada subida, que no hay que olvidar que estamos en San Francisco. Recorrimos el parque, barrios cercanos e incluso fuimos hasta la playa.

Llegamos a Ocean Beach

Aún agotados después de todo el día con la bici, sacamos energías para seguir caminando y esta vez ir hasta el famoso tramo de Lombard Street,  que resulta ser el más sinuoso de Estados Unidos, es decir el que más curvas tiene en menos espacio. Esta calle fue ideada así como solución para poder ser transitada por automóviles, a pesar de tener una inclinación de 27º.

Lombard Street

Día 17 de la ruta. Martes

A la mañana siguiente nos despedimos de la ciudad para seguir con nuestra ruta hacia Santa Cruz, pero no sin antes tomar un rico desayuno en The Grind Cafe, en Haight Street, una cafetería que te recomendamos porque trabaja con productos orgánicos y comercio local y en la que está todo buenísimo.

¡Qué rico!

Y así fue nuestro paso por San Francisco, esperamos que te ayude a planificar tu visita a la ciudad o simplemente que te transportes hasta ella a través de nuestra historia.

*Todas las fotografías son nuestras. Para ver más, síguenos en Instagram

2 comentarios en «Diario de viaje por lo mejor de San Francisco»

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