Si viajas a Panamá lo más probable es que tengas que pasar por su capital. Esta urbe cosmopolita contiene la mayor cantidad de rascacielos de latinoamérica, su intensa actividad financiera la convierte en el motor económico del país y, al mismo tiempo, produce un gran contraste con la calma y la belleza natural del resto de su extensión. Nuestra recomendación sería dedicarle uno o dos días para ver lo principal:
1. El Canal de Panamá
Seguramente lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en Panamá es su Canal, pero… ¿merece la pena visitarlo? La respuesta es sí.
Es una de las maravillas de la ingeniería del mundo, un sistema de exclusas permiten el paso de los barcos desde el Océano Pacífico al Océano Atlántico, haciendo que el transporte marítimo sea mucho más rápido y económico. Antes de su construcción había que bordear el sur del continente para poder pasar de un océano a otro. Fue inaugurado en 1914.
La mejor manera de visitarlo es a través del Centro de Visitantes de Miraflores. Si quieres llegar por tu cuenta, ir en bus es bastante fácil, desde la terminal de Albrook, la principal de la ciudad, se va hasta una parada en una carretera cercana al Canal y de ahí se camina como un cuarto de hora hasta la entrada de las instalaciones, la otra opción, obviamente de mayor coste, es ir en taxi.
La entrada cuesta 15$, además de ver los barcos pasar desde una terraza, hay un museo y una sala de cine en los que se cuentan la historia y el proceso de construcción del Canal. Dicen que las mejores horas para visitarlo son de 9 a 11 de la mañana o de 3 a 5 de la tarde, por el tipo y la cantidad de tránsito de esas horas. Nosotros fuimos en ese horario de mañana y tuvimos una buena experiencia.
2. Panamá Viejo
Se trata de un sitio arqueológico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lugar en el que estuvo el primer asentamiento de la ciudad. Los españoles la fundaron en 1519 y fue un importante punto de paso del oro de Perú a España, lo que despertó el interés de los piratas. En 1671, cuando el Capitán Morgan y sus tropas llegaron a saquearla, los españoles abandonaron la ciudad, pero no sin antes hacer explotar la pólvora para evitar que cayera en manos enemigas. Las ruinas quedaron prácticamente intactas, puesto que no se reconstruyó in situ sino que, en 1673, la ciudad se trasladó a unos 10 km al suroeste, a lo que hoy es conocido como Casco Viejo.
3. Casco Viejo
Este distrito histórico, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, corresponde con el total del espacio que ocupaba la Ciudad en época de la construcción del Canal, la combinación de edificios coloniales, algunos reformados y otros más deteriorados, con bares de moda y pequeñas ventas tradicionales le otorgan un halo de encanto decadente.
4. Cinta Costera y Calzada de Amador
La Ciudad mira al mar en un extenso paseo marítimo que conecta la parte continental con un archipiélago de cuatro islas, cuenta con numerosas instalaciones recreativas y es una importante zona de ocio.
5. Parque Natural Metropolitano
Es un área protegida de bosque tropical en los límites de la ciudad, conviene llegar temprano para poder ver algún perezoso, puesto que según va calentando el día suben a las copas de los árboles. No es que se vean muchísimos animales, si se compara con otros lugares, pero se pueden ver bastantes. Nosotros vimos monos, un perezoso, unos guatusas (un animal parecido a la cobaya, pero bastante más grande) y un pájaro carpintero.
📌 Dónde comer: aunque no sea comida típica, te recomendamos el restaurante ‘Sabores de la India’ (Calle 51, Bella Vista), buenísimo y a buen precio.
📌 Alojamiento: en la ciudad hace muchísimo calor, agradecerás un alojamiento con piscina para refrescarte al final del día.
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