En Panamá, a orillas del Océano Pacífico, en el golfo de Chiriquí, se encuentra una pequeña población llamada Santa Catalina, con menos de 500 habitantes. El único acceso a este lugar es desde la carretera que proviene de Soná.
Este tranquilo pueblo tiene mucho que ofrecer. Es un auténtico paraíso tropical, destino ideal para los amantes del surf y del buceo. A pesar de ser un lugar pequeño, sorprende la calidad de sus alojamientos y restaurantes, pocos, pero muy recomendables.
Consta de una carretera principal que termina en la playa, sólo hay una tienda de abastos y no hay cajeros ni banco, por lo que debes prever llevar suficiente efectivo para tu estancia.
Playa de Santa Catalina
Desde el pueblo, a un paseo de 15 minutos hacia el oeste, se llega a Playa Estero. Nosotros nos alojamos aquí durante las tres noches que pasamos en Santa Catalina porque la ubicación es inmejorable. Concretamente nos hospedamos en el Oasis Surf Camp, que dispone de unas habitaciones en la misma arena de la playa.
Jony echándose una siesta por fuera de nuestra habitación
Playa Estero
La playa es larga y solitaria, maravillosa.
Playa Estero
Si quieres aprender a surfear, será fácil contratar clases o una tabla para principiante. Si ya sabes, pero no llevas tu material, puedes encontrar algo para alquilar, pero ya te avisamos que no hay mucha variedad. Tras rastrear hasta la última tabla del pueblo y viendo que no habría muchas olas durante esos días, alquilamos sólo una y la compartimos.
Sin embargo, me arriesgo a decir que lo mejor de este lugar se encuentra a aproximadamente una hora en barco. El Parque Nacional Coiba está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debido a su importancia biológica y a sus características únicas, fruto de años de aislamiento, ya que desde 1919 hasta 2004 fue utilizado como colonia penal. Es una de las joyas naturales de Panamá.
Para visitar el parque es indispensable contratar un tour, nosotros lo hicimos con Dolphin Watching, el coste fue de 55$ + 20$ de entrada al parque por persona, es decir 150$, pero merece la pena.
La excursión consta de varias paradas para hacer snorkel, en nuestro caso fueron las siguientes:
Isla Granito de Oro
Una isla pequeñita con cocoteros y arena amarilla que rodeamos por completo viendo un montón de peces.
Isla del Coco
Un poquito mayor que la anterior, también pudimos ver muchos peces y tortugas.
Isla de Coiba
Parada obligatoria para todos los tours, es aquí donde se paga la entrada al parque. En las instalaciones del mismo, comimos un arroz con verduras, que nuestro guía había preparado y que estaba incluido en el precio de la excursión.
En la isla hay iguanas, también vimos un cocodrilo que, según dicen, puede tener más de 50 años, y accedimos a un mirador con bonitas vistas del parque.
Parada en medio del mar
La última y más impactante de las paradas, en un arrecife en medio del mar, para ver nada menos que… tiburones. En esta zona había bastante profundidad y muchísimos peces de mayor tamaño que los que habíamos visto hasta ahora, había unos cinco tiburones de arrecife de punta blanca, son una especie de tiburón “pequeña”, no suelen superar el 1,60 m de largo, pero para mí más que suficiente.
Aquí hay dos 🦈, ¿los ves?
A pesar del temor que me inspiraban, estuve un buen rato en el agua, flipando al verlos tan de cerca, cuando empecé a sentir que dos me miraban y nadaban cada vez más hacia mi, empecé a pensar que con mi lycra de colores parecía un pez tropical muy grande y pensé que ya era hora de volver al barco… jeje
Si eres buceador podrás ver muchos más animales y si te coincide la época de migración es habitual ver al tiburón ballena.
Cuando ya todos estábamos en el barco, regresamos a Santa Catalina. Fue una experiencia genial, uno de los mejores recuerdos que nos traemos de Panamá.
*Todas las fotografías son nuestras
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