En Junio de 2016 tuvimos la suerte de visitar esta maravilla del mundo moderno. La ciudadela inca de Machu Picchu, construida en lo alto de una montaña, data del s.XV. Los conquistadores no llegaron a conocerla y permaneció en el olvido hasta principios del s.XX. Muchas son las teorías sobre el uso que los incas hacían de esta ciudad y ,aún en nuestros días, es un lugar lleno de misterio.
Declarada patrimonio natural y cultural por la Unesco, es una visita imprescindible en este país lleno de lugares de interés como es Perú.
Preparativos
Lo primero que debes saber es que llegar a Machu Picchu no será barato.
Tienes que comprar el boleto de entrada con antelación, ya que no se puede adquirir en el sitio, y tener en cuenta que si quieres acceder a alguna de las dos montañas, ambas tienen el acceso diario limitado, a 400 personas, Huayna Picchu, y a 800, Machu Picchu, repartidas en dos horarios. El acceso a las montañas se agota rápido, especialmente en temporada alta, de Junio a Agosto, por lo que debes ser previsor. Para consultar disponibilidad y gestionar la compra, visita http://www.machupicchu.gob.pe.
El acceso a la ciudadela se hace a través de Machu Picchu Pueblo, antes conocido como Aguas Calientes, un enclave situado en un profundo cañón bajo las ruinas y al que solo se puede acceder en tren. Es precisamente en el transporte, dónde se va la mayor parte del desembolso económico. Para consultar las distintas opciones, visita http://www.perurail.com y https://incarail.com
Nosotros nos decidimos por Perurail e hicimos el trayecto de ida, desde Poroy a Machu Picchu Pueblo, en el Vistadome, y el regreso, de Machu Picchu a Ollantaytambo, en el Expedition.
Una vez en el pueblo, puedes acceder a las ruinas en bus, a 12$ por trayecto. Con una frecuencia de 15′ y una duración de recorrido de 25′. Los horarios de subida van desde las 5:30 de la mañana hasta las 15:30 y los de bajada, desde las 6:30 hasta las 17:30.
Nuestro total de gastos para visitar Machu Picchu entre la entrada (recinto + montaña Machu Picchu), el tren (ida y vuelta) y el bus (sólo de subida) ascendió a 186€ por persona, al cambio de 2016.
Diario de viaje
Día 1. De Cusco a Machu Picchu Pueblo
Nos levantamos temprano y fuimos en taxi hasta la estación de Poroy, donde debíamos estar antes de las 8 para coger el tren hasta Machu Picchu. El trayecto dura unas tres horas y media, en las que se atraviesa el Valle Sagrado mientras se disfruta de unas vistas panorámicas, gracias a los grandes ventanales del tren.
Sobre las doce del mediodía llegamos a la estación de Machu Picchu, es un pueblo pequeño, obviamente muy turístico, pero en un enclave impresionante. Cuando llegamos, nos esperaban del hostal Waynapata, a pesar de estar a cinco minutos, te pedían la hora de llegada para recogerte y enseñarte el camino. Fueron muy amables, el desayuno estaba rico y éstas eran las vistas desde nuestra cama:
Exploramos el pueblo, comimos algo y aprovechamos para comprar los billetes del bus de subida a la ciudadela para la mañana siguiente.
Visitamos el Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón, en el que se ofrece información sobre las excavaciones arqueológicas de Machu Picchu y el sistema de construcción inca, por lo que es ideal visitarlo antes o después de ver las ruinas. La entrada (22 soles) incluye el acceso a un pequeño jardín botánico contiguo. Se encuentra a un paseo del pueblo, pasado el Puente Ruinas.
Día 2. Machu Picchu
Llegó el gran día… desayuno en el hostal y tempranito a la parada del bus. A las 7 y poco ya estábamos arriba, en la entrada del recinto. Allí mismo, un guía nos ofreció sus servicios y nos unimos a un pequeño grupo, con el que recorrimos las ruinas durante unas dos horas.
A las 9:30 nos separamos del tour para dirigirnos al puerto de control de la montaña Machu Picchu, para la que teníamos acceso en el turno de las 10, allí tienes que apuntarte en un libro y a la vuelta buscarte y confirmar que bajaste, de esa manera controlan que no quede nadie perdido en el acceso.
La subida fue dura, el camino es empinado y la altitud hace que te canses mucho.
Nosotros tardamos una hora y cuarto en subir, pero la recompensa merece la pena el esfuerzo. La cima está a 3061 msnm y las vistas son espectaculares.
Nos sentamos a descansar y a disfrutar del paisaje, mientras recuperamos las energías con unas frutas que habíamos llevado.
Unos 50 minutos después, empezamos el camino de bajada, hay que tener en cuenta que la cima cierra a las 12, así que si quieres tener tiempo para disfrutar arriba es conveniente empezar la subida desde que se abre el acceso. Cuando nosotros empezamos a bajar, aún quedaba gente subiendo y ya era casi la hora de cierre, por lo que no iban a poder estar allí apenas o algunos ni siquiera entrar.
Para bajar tardamos 47 minutos y el esfuerzo no fue nada comparable a la subida…
Seguimos paseando por la ciudadela, aprovechando la sombra para descansar y maravillándonos con cada rincón del lugar.
Justo antes de salir, hay un mostrador dónde tú mismo puedes sellarte el pasaporte con el sello de Machu Picchu… un buen souvenir 😉
Para regresar al pueblo decidimos seguir caminando, puesto que de esta manera descenderíamos mil metros de altitud, desde la cima de la montaña (3061 msnm) al pueblo (2040 msnm), y no nos pudimos resistir a hacerlo.
Una vez abajo, sobre las 4 de la tarde, fuimos a las termas, el nombre original del pueblo viene de estas aguas calientes y es ideal ir después de la caminata del día (entrada 10 soles).
Para terminar el día nos pegamos un homenaje en el Indio Feliz, un restaurante bastante turístico, pero con comida muy buena.
Al día siguiente nos despedimos de Machu Picchu y volvimos a coger el tren, esta vez hasta Ollantaytambo para ,a partir de ahí, recorrer el Valle Sagrado hasta Cusco, pero eso ya es otra historia.
*Todas las fotografías son nuestras, si quieres ver más, síguenos en Instagram